"El talento sigue siendo una cosa muy mal gestionada en España"
- Alba Cobos Medina
- 15 jun 2017
- 9 Min. de lectura

La profesora y periodista Lola Bañón. Fuente: Propia
La periodista especializada en información internacional, profesora en la Universitat de València y jefa de prensa de Podem, Lola Bañón, reflexiona en esta entrevista sobre la gestión del talento en la política española, la situación de la mujer en este ámbito y la participación de los jóvenes y la sociedad en general en la política.
P: Como mujer en el ámbito de la política, ¿sientes que este es un ámbito masculinizado?
R: La política es un ámbito en el cual la mujer, a pesar de que numéricamente está cada vez más presente, está infrarrepresentada en los altos centros de decisión. La política tiene una capa superficial, que es la de los cargos institucionales, donde la mujer está bien representada numéricamente. Pero tiene que entrar también en los ámbitos de decisión que no son únicamente los de la posición de ocupación estética. La mujer todavía no está insertada de forma masiva en las estructuras de poder.
P: ¿Has sufrido alguna experiencia que tú consideres machista en el ámbito de la política?
R: Es una pregunta complicada. Todo lo que es la estructura de relación política es todavía machista, aunque aparentemente sea igualitaria; porque insisto, aunque haya paridad, aunque haya recursos como las listas cremallera, la evidencia es que ahora las mujeres somos, primero, numéricamente más potentes. Segundo, a nivel de preparación somos también en general, más preparadas que los hombres. Y en tercer lugar la estructura de poder no está pensada para nosotras. Entonces, es verdad que llega un momento en el que tienes otras opciones vitales que te hacen valorar tu dedicación.
La política tampoco funciona por parámetros en los que las mujeres nos movemos bien: el trabajo colaborativo no está presente en la política; los horarios de la política no permiten ni atención a niños ni atención a mayores, y las mujeres todavía estamos desdobladas. Y a lo mejor, buena parte de nosotras tampoco estamos conectadas con la forma de trabajar en la política. En ese sentido, sí que determinado grupo de mujeres tenemos dificultades para entrar en las estructuras de poder, porque hay límites morales y hay límites de actitud vital. La primera línea de política exige no solamente plena dedicación laboral, que eso ninguna mujer tiene problema, ni siquiera las que tenemos cargos familiares. Pero lo que ocurre es que hay ciertos valores como es el de la competitividad insana, los que por cuestión cultural y por temperamento, buena parte de nosotras no estamos dispuestas a perseguir.
Después, tenemos otro concepto de la política, que es el de llegar pero sin tener que ejecutar a nadie. Por lo tanto, para llegar a política, por experiencia personal, el valor no es el primer criterio. El valor es cuantas líneas rojas estás dispuesta a cruzar.
Hay muchas mujeres que se quedan en la primera línea roja: también muchos hombres, es cierto. Porque este sistema de competencia insana existente en la política ejecuta también a los buenos hombres, en sentido cualitativo. Aquí tenemos un problema con la excelencia en la política que no está solventado en la política española. Ahí hay un tema de género, pero no únicamente un tema de género. Pero el tema de género es muy importante, porque hace que buena parte de mujeres que intelectualmente son muy potentes sean apartadas por la estructura del poder, porque saben mucho y son incómodas. Son incómodas para algunos hombres y también para otras mujeres. Es un problema que habrá que analizar intelectualmente desde una perspectiva de género porque la política necesita a las mejores personas, por lo que es algo que se debe solucionar intelectualmente y habilitar recursos de protección para que el sistema no expulse a la mejor gente. Pasa en la política, pasa en el poder, pasa en la sociedad. El talento sigue siendo una cosa muy mal gestionada en España.
P: ¿Qué medidas tomarías tú para acabar con esta masculinización?
R: Primero, yo creo que hay que hacer un estudio de la situación. Y el estudio de la situación es que numéricamente la conquista del poder por la mujer tiene un avance bastante importante de ocupación visible de puestos. Lo que tenemos que hacer es la parte cualitativa, que es donde somos realmente solventes. Aunque siempre, en cualquier cosa, picar el índice cualitativo es complicado, porque entra la perspectiva personal o subjetiva. Pero hay indicadores, como son los indicadores de rendimiento, de trabajo en equipo. También en la valoración cualitativa podemos aplicar vectores para permitir la entrada de mujeres. Creo que la paridad ayuda, ha ayudado muchísimo a la presencia de mujeres. Y entre esas mujeres hay algunas que han resultado muy ineficaces, como muchos hombres han resultado muy ineficaces. Pero esa paridad ha permitido también que mujeres que de otra forma no hubieran estado, por lo menos hayan tenido la oportunidad de llegar. Y hay mujeres que tienen sensibilidad también con la cuestión de género y facilitan la entrada de otras mujeres en la política.
Hay que reconocer una cosa que socialmente no se reconoce mucho, y que es un poco perversa en la verbalización, y es que hay muchos hombres muy receptivos a trabajar con mujeres y muchas mujeres muy poco receptivas a trabajar con otras mujeres, porque se establecen a veces relaciones de competencia con determinados perfiles profesionales son difíciles de lidiar. Esto no se puede generalizar, porque cada caso es un mundo. Pero no podemos perder de vista que hay hombres que activamente ponen su voluntad en trabajar con mujeres y en rodearse de las mejores mujeres, porque no se sienten afectados en la competencia.
Entonces, la cuestión de la presencia de la mujer en política siempre va a ser conflictiva desde el punto de vista de que no se ha conseguido la plenitud, hay que seguir luchando. Y la forma de seguir luchando hay que reconsiderarla: ya no es una cuestión numérica, de que haya las mismas mujeres, sino que estén las mejores mujeres. Ese segundo paso no se ha conseguido. Hay mujeres muy válidas en política, pero hay otras que están ahí teniendo menos cualidades que otras. Y esto pasa también con los hombres.
"La presencia de la mujer en política siempre va a ser conflictiva porque no se ha conseguido la plenitud, hay que seguir luchando. Y la forma de seguir luchando hay que reconsiderarla".
Tenemos que hacer un análisis de la forma de acceso al sistema político, del funcionamiento interno de los partidos, que al fin y al cabo son los que colocan a gente en primera línea, para ver porque hay fallos graves en la aprobación de poder en las estructuras internas de los partidos en este país. Pervive el sentimiento tribal, de clan, de amistad, de afinidad.. y todo esto son características no de sociedades evolucionadas, sino de sociedades conservadoras y tradicionales.
El talento sufre, para los hombres y para las mujeres. Las personas con talento no son beneficiadas en los sistemas de clanes, que benefician a las personas con menos talento, que las protegen. Hay mucho que cuestionar, y va a ser difícil, porque derribas una parte del sistema importante, pero es imperativo para la oxigenación de la vida democrática colocar a gente solvente en la derecha y en la izquierda. Solamente hay que ver la gente que abandona la política en los partidos en los últimos años: gente muy valiosa. Llega a la política y se va asustada.
P: ¿Cuál crees que es el papel que tienen los jóvenes en la política valenciana?
R: Los jóvenes tanto en la derecha como la izquierda aportan una cosa fundamental: la perspectiva de una capa que está invisibilizada: está invisibilizada en política, en los medios, y cuando salen en los medios de comunicación o en la política es por algo negativo. Si ves el informativo, parece que lo único que haga una persona menor de 30 años es el botellón. En política, cuando algún responsable comete algún fallo, se achaca a la juventud, aún cuando hay gente que está haciendo buena gestión. La juventud no está reñida con la buena gestión.
Yo creo que la entrada de la gente joven en la política valenciana ha sido en general positiva. Pero sí que es verdad que al vida política es dura, y que ha desaparecido de alguna forma un sistema en el que la gente más mayor de los partidos tutelaba o protegía a la gente más joven hasta conducirla a sitios de responsabilidad.
Esta gente, por un lado, ha llevado la voz de los jóvenes a las instituciones, pero sí que es verdad que es en buena parte inexperta, y la inexperiencia también se ha notado en alguna acción de los gobiernos. Y es un problema porque la gente desconfía: la primera línea de política necesita solvencia, y a veces esto no trasmite buena impresión. Ahora bien, hay gente con setenta años que tampoco es solvente, aunque tenga mucha experiencia. Por lo que hay que ir con cuidado con esto.
Pero creo que en general ha sido muy positivo, porque la clase política valenciana necesitaba un relevo: los líderes históricos valencianos son muy mayores. Son gente que era joven cuando llegó la democracia, pero es necesario un relevo generacional muy importante. Es necesario, y eso sí que ha cambiado. Con la incorporación de la gente joven ha bajado la media de edad y se ha producido una entrada de la mujer masiva: solamente había que ver el parlamento anterior y este. Estos son los dos cambios más importantes.
P: ¿Crees que esos cambios se produjeron a raíz del 15M?
R: Desde mi punto de vista, el 15M existió básicamente por la televisión, porque fue donde vimos la plaza Tahrir de Egipto, a la gente en la calle. Sin esas imágenes de Egipto no hubiera habido 15M. Por otra parte, este movimiento es muy interesante, un momento catártico que pocas veces se repite: provocó la visibilización de muchos movimientos que estaban haciendo un trabajo muchísimos años atrás.
Por lo tanto, el 15M como movimiento espontáneo, único, que sacaron los jóvenes, es totalmente falso. Las calles del 15M eran mayores, en su mayoría. No fue una movilización joven. Los jóvenes también han sido exitosos en construir el discurso de que fue una movilización de este sector. No es cierto, fue una movilización de gente madura, de la gente de 40 años para arriba. Gente mayor procedente de los movimientos asociativos en los que habían estado participando durante muchos años. Buena parte de la clase política de la izquierda no proviene del 15M, proviene de luchas de años. Durante años en España ha habido un intensísimo trabajo de la sociedad civil, muy invisibilizado, primero por los medios, y después por la clase política, que nunca tuvo interés por establecer relaciones con los movimientos. EL 15M es básicamente un producto mediático. Pero muy útil también: hizo de movimiento de cohesión y energía. Porque fue una comunicación de energía y de optimismo que también sirvió para mover las cosas, para mover la formación de un partido político, y desencadenar la formación de otro partido político: Ciudadanos es también hijo del 15M No es un único partido, sino que supuso la creación de estos dos partidos, que cambiaron el panorama.
"El 15M es básicamente un producto mediático. Pero muy útil también: hizo de movimiento de cohesión y energía"
El 15M, sin las redes sociales, no hubiera existido. Porque las redes fueron clave para organizar la salida a la calle. Fue un movimiento muy atípico, muy difícil de conseguir, pero que se consiguió a raíz de una cadena de movimientos alrededor del mundo: recuerdo Tahrir, en Egipto. Surgió también en un momento de gran eclosión de las redes sociales.
No fue un salpullido de gente joven, fue una concertación mediática, de lo que se veía allá y de lo que se podía hacer aquí a través de las redes. Las redes crean comunidad, una comunidad virtual, para una gente que no estaba organizada políticamente y que de esa manera empezó a pensar en política. Pero no fue el origen único de todo, en absoluto. Hay gente que solo tiene como bagaje el 15M. Fue un momento muy especial y muy difícilmente repetible, porque ahora mismo la gente está desmovilizada.
P: ¿Crees que los jóvenes están interesados en la política?
R: No creo que sea cuestión de jóvenes, es cuestión de sociedad. En general, hay una desmovilización de la sociedad en general. Y eso me preocupa porque muestra una pérdida de confianza en al política y en la democracia. Además, esa dejadez de la gente puede tener consecuencias muy funestas en el futuro, porque lo que no hagas tú, te lo harán los demás. Y te lo harán los demás a su medida, no a tu medida. Y eso es un peligro.
Para movilizarse hace falta tiempo: tiempo libre para salir, tiempo libre para organizarse. La gente joven ahora está muy ocupada, tiene que buscarse el futuro, o está acabando de estudiar, o estudiando, o tienen que estar moviéndose, porque saben que cuando acaben la facultad lo tienen difícil. Está ocupada, ¿quién se moviliza mayoritariamente? Los jubilados. Son los únicos que se movilizan masivamente, porque tienen tiempo y están muy motivados, incluso los conservadores. Y son muy activos. La sociedad difícilmente se puede mover y también ha aprendido con el 15M, que el hecho de moverse no trae mecánicamente cambios. La movilización es muy complicada en España y en Europa ahora. Hay una desmovilización muy grande.
Además, se está creando una cultura virtual: la gente es muy activa en redes sociales y sobreentiende que así esta participando, cuando en realidad no es así, pero crean una fantasía de participación. Dan sensación de poder, de llegar, pero es efímero. Las redes tienen que ser un complemento del cara a cara, de la reunión, de la asociación, del debate vivo; pero la red afectiva se hace con la presencia física. La red social no hace red afectiva: hace red de intereses, de iguales.
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